jueves, 22 de noviembre de 2007

La noche en tus ojos


Parece que un suave y enorme esfumino
Del curvo horizonte borrara el confín.
(Rubén Darío)


-Vení, acercáte hasta acá, así lo podés ver…
-¿Dónde, dónde?
-Mirá, justo acá, te torcés un poquito y lo ves bien…
-Sí, sí, ahí está…
La noche estaba totalmente despejada y se te pegaba en los ojos como algo que lo abarca todo. Aun cuando los cerrabas o creías desviar la vista hacia el costado seguías teniendo la noche pegada en los ojos, el cielo granizado que se te estampaba, quieras o no. Sentimos que al acostarnos sobre la arena no nos quedaría más por hacer. Miraríamos ese cielo y esas estrellas que lo eran todo, y el mar sólo podría darnos la razón. Seríamos, de ahora en adelante, más inmortales que nunca. Pero estos momentos de gloria siempre duraban muy poco. En seguida venía una nube puta y a la mierda con todo.
Pero de ese día no me olvido más. El horizonte imperceptible se debatía con la cercanía del cielo, que parecía que lo terminaba aplastando para tragarse el océano. Y entonces me acuerdo que bien desde allá, quién sabe cuán lejos, se empieza a divisar una luz. Parecía un faro que se clavaba en medio del mar. La luz estaba inquieta, cambiaba de dirección, tintineaba, hasta que llegó a cambiar de color. Nos levantamos, quitándonos la arena que se nos metía en el culo, abrimos bien los ojos y adoptamos una postura estrictamente contemplativa. El suceso requería su debida concentración. En seguida, el cúmulo de estrellas inagotable que pendía de nuestras cabezas pasó a un segundo plano. Ahora toda la atención se dirigía a eso. Al barco. Al faro. A eso que no se terminaba de explicar, esas luces que deliraban sin sentido. De amarillo a verde, decían, de verde a amarillo otra vez para después cambiar a rojo y volver sin falta al amarillo que se intensificaba. Largo rato estuvimos meditando acerca de la naturaleza de _eso_ que no se dejaba encuadrar en nada que hayamos visto antes ni que podamos reconocer. El asunto nos empezó a hacer bostezar. Entonces volvimos a casa. Nuestra cabaña se instalaba en un médano elevado unos 20 metros sobre el mar. Era peculiar la vista que ofrecía nuestra casita. Detrás de ella, una especie de bosquecillo se abría paso entre el paisaje playístico y parecía hundirse en la arena. Por lo demás, no había nada. Volvimos hasta la entrada del médano, guiados por el fragmento de luna que se aparecía de vez en cuando. Reconocimos el olor a verano los dos al mismo tiempo: justo un paso y medio antes de alcanzar la puerta y el felpudo que improvisamos con un cacho de gato atropellado. El detalle, para algunos morboso, cobraba un significado honorable en nosotros, tanto que casi místico. Entramos y la oscuridad no nos sorprendió, porque siempre estaba oscuro ahí dentro. Una choza erigida en una montaña de arena, aislada, cubierta de penumbras la mayoría de las veces. ¿Y el último fósforo? Lo usé para prender el sahumerio que sigue consumiéndose frente al espejo. Ahí, tan cerca tuyo.
La noche seguiría oscura, los reflejos, inútiles, no llegarían ni a ser reflejos, y el sahumerio que me hace acordar tanto al olor de tu pelo. Después me decís tranquila:
-Qué gato pelotudo.

1 comentario:

María José Imperial Pelaggio dijo...

Me gustó el derrumbamiento del espacio físico gracias a la nube puta que lo arruina todo y la articulación de eso con el/los ser-es. En mi poesía también aparecen otro tipo de nubes que no sé cuán putas serán pero que, de todas formas –y de alguna manera- se vincula con un “yo” desordenado, tempestuoso, psíquicamente “revuelto” y, como bien vos decís: “a la mierda con todo”.

Una preg.: la casa situada 20m por sobre el mar divisa también “el otro lado”: la ciudad? O la luz que se ve (rojo, amarillo y verde) es la imaginación (vaya a saber por qué) y en medio ese sujeto/personaje-sin nombre- le pareció ver un semáforo?
Chiste, tal vez es un sueño que mezcla calma/ciudad (caos) y etcéteras interminables…
A mí me gusta mucho el cuento de la “nieve”. A todo esto: ¿Algún problema con el estado del tiempo? Me parece que ese es el punto de partida de mucho de lo que hacés, por lo que lei….
Tenés que empezar a "tirar redes" de eso se trata este mundo massmediático...que, aunque no se note, está muy bueno. La literatura de ahora un poco es "esto"... es lo que hay.. SALUDOS