jueves, 3 de enero de 2008

Más estivales y subordinadas

El calor que sofoca
y los problemas que transpiran a más no poder.
La gente
que ya no sabe cuál es la parte correcta del cerebro
que se debe hidratar con prioridad.

Un anciano que mira el cielo
y se pregunta por qué carajo todavía es de día,
que protesta “en mi tiempo, esto no pasaba”.

Ciudades lejanas
que celebran un año
que se dice nuevo.
La gente de acá,
que se sigue merendando al viejo,
con mate y pan dulce.

Un gato que ronronea a la sombra de su dueño.
Que hace lo que todo gato:
finge cariño
pero sueña con la libertad de su felino espíritu.

Un tipo que,
recién iniciado en la infidelidad,
no acierta ni una palabra ante su esposa,
que lo descubre en bolas
y haciéndose el voyeur.

Una puta que no escapa al feriado.
Que besa a un cliente casi niño,
que lo acaricia
con ternura
para que acabe de manera más dulce.

El joven
que sigue escribiendo en su cuaderno.
Que vuelve a tachar de vez en cuando,
pero que ya no le pido
ni decencia
ni poesía
ni renglón.

2 comentarios:

Lara dijo...

La verdad es que desconocía esta faceta tuya. Espero que sigas incursionando con el verso blanco y un estilo más libre. Por momentos el poema me hizo acordar a algunos de los de Raymond Carver o Sam Shepard, no sé si los conoces, pero son dos poetas que me gustan mucho.
(son las 5.40 de la mañana y estoy escribiendo algo, si lo termino lo subo; bah, no sé, si me gusta)

María José Imperial Pelaggio dijo...

Hola Juan, FELIZ AÑO! Cuando entre al chat hablamos....
te mando un beso!!